

Técnicamente la terapia visual es un tratamiento optométrico individualizado conocido como “la fisioterapia de los ojos” que tiene como objetivo mejorar las habilidades visuales y el rendimiento visual del paciente, normalmente niños, pero en ocasiones también en personas adultas.
Todos somos conscientes de la importancia de procesar correctamente la información que captamos a través de nuestros ojos, especialmente importante cuando eres un niño y tienes por delante una exigente etapa escolar.
Pensemos en este momento en nuestros hijos, pongámonos en su piel, los imaginamos sentados en el colegio mirando la pizarra y escuchando a la profesora. Necesitan leer con fluidez, escribir con claridad, realizar cálculos e incluso leer en voz alta con soltura. Además de todo esto precisan comprender las lecciones y conseguir memorizar los contenidos. Todo un gran reto. Para conseguir la meta debemos primero asegurarnos que ven perfectamente de lejos y de cerca y a continuación verificar que su visión binocular está bien equilibrada y sus ejes visuales perfectamente alineados y coordinados para poder leer durante al menos una hora sin notar cansancio, visión borrosa o molestias que impidan realizar sus deberes escolares y, en definitiva, impidan su óptimo desarrollo escolar.
En muchas ocasiones, el problema de visión no se soluciona solamente con gafas o lentillas sino que además debemos mejorar la coordinación de ambos ojos. Para ello es necesario trabajar la convergencia, la divergencia, la acomodación, la fusión perfecta en retina de las imágenes proporcionadas por los dos ojos en una sola imagen nítida y constante y por supuesto la coordinación de ojo dominante con la mano, el oído y el pie dominante (Lateralidad Cruzada).
Si estas deficiencias en la visión binocular no se detectan a tiempo y no se solucionan, serán generadores de problemas en el rendimiento escolar y en la conducta del niño. Por ello, detrás de muchos fracasos escolares hay problemas de visión que no se han solucionado a su debido tiempo.
Ninguno de estos problemas visuales mencionados se considera una patología, sin embargo representan una piedra importante en el camino del aprendizaje que los optometristas debemos ayudar a solventar colaborando frecuentemente de forma multidisciplinar con profesionales de la psicología, logopedia, audiología, fisioterapia o pedagogía entre otros.
Tenemos dos ojos cuyos ejes visuales están dirigidos por un sistema de músculos oculomotores que en ocasiones falla y es entonces cuando el niño confunde letras o no es capaz de leer sin atropellarse continuamente.
Los optometristas comportamentales analizamos la visión como parte del ser humano, es decir, la coordinación entre mano y pie dominante respecto al ojo dominante cumple un papel fundamental en el día a día de todos nosotros.
Todos conocemos niños que invierten las letras como la q por la p frecuente en la lateralidad cruzada o gente que no se ubica bien de forma espacial y tiene dificultad en girar a la derecha cuando se lo piden o quizás es incapaz de montar en bicicleta y coordinar bien su cuerpo por ello es importante diferenciar una revisión visual rutinaria de un EXÁMEN OPTOMÉTRICO BINOCULAR.
Las habilidades visuales que podemos mejorar son variadas e importantes como: coordinar los dos ojos como si fueran uno solo, mover los ojos de forma suave y precisa en todo nuestro campo visual, enfocar nítidamente objetos que están a diferentes distancias manteniendo el enfoque claro en el tiempo, diferenciar en tamaño y forma imágenes diferentes, recordar y comprender lo que se ha visto son algunas de ellas.